La mente se puede definir como el conjunto facultades intelectuales o mentales de una persona. La mente humana hace referencia al grupo de procesos psíquicos de carácter cognitivo que engloban funciones como la percepción, memoria, razonamiento (funciones ejecutivas), etc. Dependiendo de cómo se conecten y activen las neuronas de las distintas partes de nuestro cerebro, nuestras capacidades metales serán más o menos eficientes.
Principales capacidades cognitivas que conforman la mente:
- Atención: La atención es la base para comunicarnos con el mundo externo y con nuestro mundo interno. Esta capacidad cognitiva nos permite centrarnos en los estímulos que nos rodean para actuar en consecuencia.
- Percepción: La percepción es la capacidad mental que hace posible que interpretemos la información que vemos, oímos, olemos, saboreamos o sentimos. Gracias a la percepción, damos sentido a nuestro entorno y a las sensaciones de nuestro propio cuerpo.
- Memoria: La memoria nos permite incorporar, almacenar y recuperar información de nuestras vivencias o de aquello que hemos aprendido. Es la capacidad de crear recuerdos y de acceder a ellos.
- Razonamiento (Funciones ejecutivas): Las funciones cognitivas superiores, como el razonamiento, hacen posible que relacionemos la información que percibimos con la información que tenemos almacenada, que generemos hipótesis y solucionemos los problemas que se nos plantean.
- Coordinación: La coordinación consiste en la capacidad para realizar movimientos de manera eficiente, precisa y ordenada. La coordinación es la función mental responsable de que podamos interactuar con nuestro entorno eficazmente.
Tipos de procesos mentales:
Si atendemos al grado de consciencia que tenemos sobre los procesos mentales, es posible dividirlos en dos grupos:
- Procesos conscientes: Se trata de aquellos procesos de la mente de los que tenemos conocimiento, nos damos cuenta de ellos o somos conscientes de que están sucediendo. Por ejemplo, recordar la información estudiada para un examen sería un proceso consciente de la mente. Puesto que al llevar a cabo este proceso, tenemos que acceder voluntaria y conscientemente a un recuerdo almacenado.
- Procesos inconscientes: Serían todos aquellos procesos mentales de los que no tenemos constancia que estamos llevando a cabo. Hay estudios que demuestran que nuestro cuerpo experimenta cambios fisiológicos (temperatura, por ejemplo) cuando se nos expone a estímulos emocionales tan breves (milisegundos) que no somos conscientes de su presentación. Por tanto, a pesar de no tener conocimiento de la presencia de esos estímulos, nuestra mente reacciona a ellos. Un proceso inconsciente de la mente sería, por ejemplo, cuando se nos expone a publicidad subliminal: no hemos sido consciente de que hemos visto la imagen de un refresco, pero nos entra sed y ganas de comprar el refresco en cuestión.
¿Mente y cerebro son lo mismo?
¿Cómo se relaciona la mente con el cuerpo? Para estas preguntas, a día de hoy, no hay una respuesta que satisfaga a todo el mundo. El concepto de “mente” que predomina en la actualidad, viene del anatomista y filósofo René Descartes. Este pensador transformó la idea de “Alma tripartita” de Platón en el concepto unitario de “mente”. Además, ubicó el vínculo entre la mente y el cuerpo en un punto concreto del cerebro: la Glándula Pineal (aunque hoy se sabe que su principal función es participar en la regulación de los ritmos circadianos). Algo esencial de la teoría dual de Descartes es que el cerebro estaba indudablemente relacionado con la mente. A pesar de todo esto, sigue sin haber un consenso acerca de si mente y cerebro son lo mismo. Algunas posturas argumentan que son dos palabras distintas que hacen referencia a lo mismo, mientras que otras sostienen que la mente surge como consecuencia de la actividad cerebral.
Mejorar y fortalecer la mente
Nuestras capacidades mentales o cognitivas básicas son la base para nuestro funcionamiento mental. A lo largo de nuestra vida, vamos desarrollando estas capacidades en función de nuestra genética y nuestra experiencia. ¿Cómo podemos mejorar la mente? La plasticidad cerebral permite a nuestro cerebro adaptarse a las exigencias de nuestro entorno. Esto significa que, dependiendo de cómo estimulemos nuestras capacidades cognitivas, éstas se desarrollarán en mayor o menor medida, dentro de las posibilidades de cada individuo.
CogniFit es una herramienta científica y fácil de utilizar que mide hasta 23 habilidades cognitivas. La precisión de estas evaluaciones permite detectar un deterioro en estas capacidades, que luego podrán ser entrenadas mediante los entrenamientos personalizados de CogniFit. Estas evaluaciones se llevan a cabo a través de diversas tareas en forma de juego. Este formato interactivo permite mejorar la motivación de las personas que quieran conocer el estado de su mente, siendo útil tanto para niños, como para adultos y mayores.
Los trastornos y enfermedades mentales son un tipo de alteración de la salud mental que afecta al bienestar de quien lo sufre y/o de las personas de su alrededor. Los principales trastornos están recogidos en el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, herramienta de clasificación y diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría o APA) y en el CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades, publicada por la Organización Mundial de la Salud u OMS). A pesar de que estas dos clasificaciones tienen diferente organización, el contenido es equivalente. A continuación, podemos ver los tipos de trastornos mentales en función de la clasificación:
Tipos de trastornos mentales según el DSM-5:
- Trastornos del desarrollo neurológico: Estos trastornos abarcan una gran cantidad de alteraciones que se producen durante el desarrollo del niño y que producen deficiencias en su comportamiento adaptativo. El tipo de trastornos que engloba esta categoría diagnóstica son la discapacidad intelectual, los trastornos de la comunicación, los trastornos del espectro autista, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno específico del aprendizaje y los trastornos motores.
- Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos: Los trastornos psicóticos, como la esquizofrenia, se caracterizan por la presencia de delirios, alucinaciones, ideas y percepciones anómalas, así como la pérdida del contacto con la realidad. Incluye el trastorno esquizotípico de la personalidad, el trastorno delirante, el trastorno psicótico breve, el trastorno esquizofreniforme, la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, el trastorno psicótico inducido por sustancias/medicamentos, la catatonia, etc.
- Trastorno bipolar y trastornos relacionados: El trastorno bipolar consiste en una desregulación del control de las emociones que produce altibajos en el estado de ánimo de manera independiente de la situación. Este grupo se refiere al trastorno bipolar tipo I, al trastorno bipolar tipo II, al trastorno ciclotímico, etc.
- Trastornos depresivos: Este trastorno está caracterizado por un estado de ánimo bajo (tristeza intensa), falta de interés en actividades placenteras (anhedonia) y baja autoestima. Este conjunto de trastornos abarca al trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo, al trastorno de depresión mayor, al trastorno depresivo persistente (distimia), al trastorno disfórico premenstrual, etc.
- Trastornos de ansiedad: Los trastornos de ansiedad cursan con una alta activación fisiológica, emociones de inquietud o pánico. Esta categoría incluye trastornos como el trastorno de ansiedad por separación, el mutismo selectivo, la fobia específica, la fobia social, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizada, etc.
- Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados: Es un trastorno de ansiedad que consta de dos componentes: las obsesiones (que generan ansiedad) y las compulsiones (que la reduce). Puede aparecer en diferentes contextos, siendo las obsesiones de lo más variadas (ideas, pensamientos o impulsos intrusivos), al igual que las compulsiones (conductas repetitivas y estereotipadas que buscan reducir la ansiedad generada por las obsesiones).
- Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés: Son trastornos que aparecen tras la exposición a un evento traumático o estresante que genera ansiedad intensa. Incluye el trastorno de apego reactivo, el trastorno de relación social desinhibida, trastorno de estrés postraumático, trastorno de estrés agudo, trastorno de adaptación, etc.
- Trastornos disociativos: Estos trastornos consisten en errores en la percepción, en la memoria, en la identidad o en la conciencia. Se incluyen en este grupo el trastorno de identidad disociativo, la amnesia disociativa y el trastorno de despersonalización/desrealización.
- Trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados: Esta serie de trastornos tienen en común la existencia de un dolor o queja física no simulada intencionalmente, pero que no tiene una base física que la explique (o que, en su defecto, explique el alcance del problema). Este grupo está formado por trastornos como el trastorno de síntomas somáticos, el trastorno de ansiedad por enfermedad, el trastorno de conversión (o trastorno de síntomas neurológicos funcionales), los factores psicológicos que afectan a otras afecciones médicas, el trastorno facticio, etc.
- Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos: Se caracterizan por alteraciones en las conductas relacionadas con la alimentación. Los trastornos incluidos en este grupo son la pica, el trastorno de rumiación, el trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos, la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón, etc.
- Trastornos de la excreción: Son trastornos típicos de la infancia, en los que hay una deficiencia en el control de uno o varios esfínteres secretores. Integra trastornos como la enuresis o la encopresis.
- Trastornos del sueño-vigilia: Se trata de trastornos en los que se altera la capacidad de regular correctamente el ciclo sueño-vigilia. Los trastornos de este grupo son el trastorno de insomnio, el trastorno de hipersomnia, la narcolepsia, la apnea e hipopnea obstructiva del sueño, la apnea central del sueño, la hipoventilación relacionada con el sueño, los trastornos del ritmo circadiano de sueño-vigilia, trastornos del despertar del sueño no REM, trastorno de pesadillas, trastornos del comportamiento del sueño REM, el síndrome de las piernas inquietas, etc.
- Disfunciones sexuales: Son un conjunto de trastornos que afectan al desarrollo de las relaciones sexuales. Incluye la eyaculación retardada, el trastorno eréctil, el trastorno orgásmico femenino, el trastorno del interés o excitación sexual femenino, el trastorno de dolor genito-pélvico/penetración, el trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón, la eyaculación prematura (precoz), etc.
- Disforia de género: Este término se aplica en las personas cuya identidad de género no se corresponde con su sexo asignado por criterios biológicos, lo que le genera un malestar.
- Trastornos destructivos, del control de los impulsos y de la conducta: Esta categoría engloba diferentes alteraciones de la regulación de la conducta y de las emociones, lo que se traduce en actividades que pueden poner en peligro tanto bienes ajenos como a las demás personas. Este grupo comprende el trastorno negativista desafiante, el trastorno explosivo intermitente, trastorno de la conducta, el trastorno de la personalidad antisocial, la piromanía, la cleptomanía, etc.
- Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos: Se refiere a los trastornos por consumo, por intoxicación, por abstinencia de diversos tipos de sustancias. Es el caso del trastorno por consumo de sustancias como el alcohol, la cafeína, el cannabis, los alucinógenos, inhalantes, opiáceos, sedantes, hipnóticos o ansiolíticos, estimulantes, tabaco y otras sustancias. No obstante, también incluye los problemas de adicciones que no tienen que ver con las sustancias, como el juego patológico (ludopatía).
- Trastornos neurocognitivos: Esta categoría consta de todas las alteraciones que pueden alterar el correcto funcionamiento de las diferentes habilidades cognitivas. Incluye alteraciones como el síndrome confusional (delirium), la Enfermedad de Alzheimer, la demencia frontotemporal, la demencia con cuerpos de Lewy, la demencia vascular, el trastorno neurocognitivo debido a un traumatismo cerebral, el trastorno neurocognitivo inducido por sustancias o medicamentos, la demencia debida a infección por VIH, trastorno neurocognitivo debido a enfermedad por priones, la Enfermedad de Parkinson, la Enfermedad de Huntington, etc.
- Trastornos de la personalidad: Se trata de un conjunto de patrones conductuales estables en el tiempo que resultan desadaptativos para el entorno en que se desenvuelve la persona. Incluye el trastorno de la personalidad paranoide, el trastorno de la personalidad esquizoide, el trastorno de la personalidad esquizotípica, el trastorno de la personalidad antisocial, el trastorno de la personalidad límite, el trastorno de la personalidad histriónica, el trastorno de la personalidad narcisista, el trastorno de la personalidad evasiva, el trastorno de la personalidad dependiente, el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva, etc.
- Trastornos parafílicos: Consisten en la aparición de deseos o comportamientos sexuales recurrentes y desadaptativos que generan malestar en el propio individuo o en las personas de su entorno. Los trastornos que conforman este grupo serían el trastorno de voyeurismo, el trastorno de exhibicionismo, los trastornos de frotteurismo, el trastorno de masoquismo sexual, el trastorno de sadismo sexual, el trastorno de pedofilia, el trastorno de fetichismo, el trastorno de travestismo, etc.
- Otros trastornos mentales: Se incluyen los trastornos especificados o no debidos a una afección médica, además de otros trastornos especificados o no debidos a otras causas.
- Trastornos motores inducidos por medicamentos y otros efectos adversos de los medicamentos: Los trastornos incluidos en este grupo son aquellas alteraciones motoras que aparecen como consecuencia del consumo de medicamentos. Sería el caso del parkinsonismo inducido por neurolépticos, el parkinsonismo inducido por otros medicamentos, el síndrome neuroléptico maligno, la distonía aguda inducida por medicamentos, la acatisia aguda inducida por medicamentos, la discinesia tardía, la distonía tardía, la acatisia tardía, el temblor postural inducido por medicamentos, el síndrome de suspensión de antidepresivos, etc.
- Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica: Hace referencia a una amplia gama de trastornos menos específicos, pero que pueden generar algún deterioro en la vida de la persona en cuestión o de las personas de su entorno. Los principales grupos de trastornos serían los problemas de relación, el maltrato, abuso y negligencia, los problemas educativos y laborales, los problemas de vivienda y económicos, problemas relacionados con la delincuencia o con el sistema legal, otros problemas relacionados con el entorno social, problemas relacionados con otras circunstancias psicosociales, personales o ambientales, otros problemas relacionados con los servicios sanitarios para asesoramiento y consejo médico y otras circunstancias de la historia personal.
Tipos de trastornos mentales según el CIE-10:
- Trastornos mentales debidos a afecciones fisiológicas conocidas: En este grupo se incluyen todas las alteraciones mentales cuyas causas subyacentes son conocidas. Por tanto, abarca trastornos como la demencia (degenerativas, vascular, postencefalopatía, infecciosa, tóxica, metabólicas, neoplásicas, nutricionales, trastornos crónicos inflamatorios), el delirium no inducido por drogas y otros trastornos mentales debidos a lesión o disfunción cerebral o a enfermedad somática.
- Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustancias psicotrópicas: Hace referencia al uso, abuso y dependencia de sustancias psicoactivas como el alcohol, el tabaco y otras drogas, además de la intoxicación, sobredosis o envenenamiento con sustancias.
- Esquizofrenia: Se trata de un trastorno mental en el que se alteran la percepción, el pensamiento y las emociones. Aunque las personas con este trastorno inicialmente suelen conservar su capacidad intelectual, suelen presentarse déficits cognitivos durante la evolución de la enfermedad.
- Trastornos del humor (afectivos): Engloba a los trastornos del estado de ánimo, que pueden ir desde la depresión a la euforia. Sería el caso del trastorno bipolar y de otras formas de depresión (que incluye depresiones psicóticas y no psicóticas).
- Trastornos mentales somatomorfos no psicóticos y trastornos de comportamiento asociados a trastornos fisiológicos y factores físicos: Consiste en aquellas enfermedades psicológicas que provocan alteraciones orgánicas. En este grupo se incluyen los trastornos somatomorfos, el trastorno doloroso relacionado con factores psicológicos, o los trastornos de la conducta alimentaria (como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa).
- Codificación de los intentos de suicidio: Las conductas autolesivas que tienen como fin acabar con la propia vida se codifican como intento de suicidio, ideaciones suicidas y/o historial personal de autolesiones.
En gran parte de estas alteraciones, suele darse algún déficit en distintas áreas cognitivas. Es importante destacar que la estimulación y la rehabilitación cognitiva pueden ser un buen complemento para la intervención que se esté llevando a cabo para tratar un trastorno en cuestión, ya que permitirían reducir estos déficits.
La psicología ha sido la disciplina por excelencia encargada del estudio de la mente. Aunque la psiquiatría y la filosofía también trabajan con este concepto, varias ramas de la psicología han centrado su estudio en esta incógnita.
Inicialmente, el psicoanálisis propuso la existencia de un inconsciente dinámico relacionado con el concepto de la mente. No obstante, dado que el psicoanálisis no sigue el método científico, sólo aportó teorías no contrastables al estudio de la mente.
Tras esto, la corriente conductista defendía que la mente no podía ser estudiada de manera científica. Centraron su estudio en la conducta observable, por lo que el estudio de la mente quedó relegado a un segundo plano.
Finalmente, la psicología cognitiva ha intentado comprender el funcionamiento de la mente a través de modelos computacionales, que aportan una importante base al estudio de este concepto. A diferencia de la corriente conductista y del psicoanálisis, la psicología cognitiva se vale de los procesos mentales para estudiar la mente de manera científica.